Los frigoríficos exportadores se sumaron ayer al acuerdo que el viernes logró anudar el Gobierno con el resto de la cadena ganadera para frenar los aumentos de la carne vacuna. Ese grupo pedía una revisión de la eliminación de reintegros y la suba de retenciones, a cambio de rebajar 15% algunos cortes en el mercado interno. Aunque esa propuesta se rechazó de plano, finalmente todo el sector se encolumnó detrás del objetivo de garantizar la oferta de hacienda necesaria para evitar una nueva escalada de los bifes. Eso sí, ya nadie habla de bajar los precios. "Vamos a enviarle una carta al presidente Kirchner para manifestarle nuestra adhesión a lo acordado", resumió tras una reunión en Economía el titular de Swift y del Consorcio ABC, Carlos Oliva Funes. Ese acuerdo, que ya había sido aceptado por once entidades del sector, no implica grandes medidas. Se trata más bien de una suerte de "pacto de caballeros" para evitar que la carne que subió 4,5% en noviembre y acumula 20% en el año siga portándose mal con los índices inflacionarios y los bolsillos de la gente.Oliva Funes, en sintonía con ese pacto, aclaró que el compromiso de los exportadores será "hacer los esfuerzos necesarios para que el precio de la carne se mantenga en los niveles actuales". Es que ése ni más ni menos es el pedido del Gobierno. Los funcionarios saben que será difícil que los precios retrocedan, debido a que no hay vacas suficientes como para atender la creciente demanda interna y externa del alimento.En este contexto, parece un contrasentido que no se haya aceptado la propuesta del ABC para reducir un 15% los precios de siete cortes (entre ellos el asado y el vacío) que no son requeridos en el mercado externo. La explicación, sin embargo, es sencilla. Según cálculos oficiales, ese volumen de carne es "ínfimo" y en el mejor de los casos representaría 5% de las 2,5 millones de toneladas que comen los argentinos. Por eso, anunciar una baja hubiera tenido un efecto adverso. En Economía saben que la gente está irritada. Y si prometían algo que no iba a pasar, los "bifes" se los iba a comer el propio Gobierno."Lo mejor que pasó es que el presidente logró juntar a toda la cadena, y les prometió hablar del mediano y largo plazo para buscar soluciones de fondo", evaluó el secretario de Agricultura, Miguel Campos. Por cierto que ese gesto de Kirchner ya tuvo su premio. Ayer, la oferta de ganado en Liniers fue de 6.800 cabezas, un 20% más de la habitual para un lunes. Y para hoy se esperaban otros 12.000 vacunos.