Los empresarios de la construcción no van a olvidar fácilmente la 53° convención anual de la cámara que los agrupa, que tuvo lugar ayer. Por la mañana, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, sorprendió a un auditorio que hasta ese momento sólo había escuchado elogios y buenos números del sector. El ministro instó a limitar el gasto del Estado en obra pública, puso en duda la capacidad del Estado para actuar en algunos sectores y defendió un presupuesto serio, responsable y superavitario. Y como si fuera poco, acusó a algunos empresarios del sector de actuar en forma monopólica para facturarle al Estado sobreprecios por sus obras. "El Estado había desaparecido durante muchos años en la década pasada, pero no es cuestión de que cometamos ahora el error de sobreestimar cuál es su capacidad", dijo el ministro. "Y esto no es simplemente una cuestión de ideologías, sino que es una cuestión de números, en el marco de lo que es un presupuesto superavitario, serio y responsable", agregó. Por la noche, al cerrar el encuentro, el presidente Néstor Kirchner tuvo conceptos diferentes. "Para este gobierno, la obra pública no es un gasto sino una inversión", fue la fórmula usada por el jefe del Estado, que ya había sido repetida por cada uno de los funcionarios que pasaron por la convención, a excepción, claro está, de Lavagna. Antes de Kirchner, los constructores habían escuchado al ministro de Planificación Federal, JulioDe Vido, y a los secretarios de Transportes, Ricardo Jaime; de Energía, Daniel Cameron, y de Obras Públicas, José López. Todos hicieron un balance de la gestión de esta administración y se mantuvieron lejos de algún anuncio. Aunque en ningún momento Kirchner hizo alusión a los dichos de Lavagna, en varias oportunidades rescató al empresariado. "Me he encontrado con empresarios conscientes y responsables", dijo, y afirmó que el Estado seguirá invirtiendo fuertemente en infraestructura. Respecto de la acusación de cartelización, el jefe del Palacio de Hacienda no anduvo con rodeos. "Hay algunas áreas, particularmente la que tiene que ver con la obra pública, en donde existe cierto grado de cartelización, y esto implica sobrecostos. [La subsecretaría de] Defensa de la Competencia primero y el Banco Mundial después han iniciado procesos de análisis en profundidad sobre el tema de la obra pública ligada a la vialidad y los sobreprecios ligados a la vialidad", concluyó Lavagna. A su lado, Aldo Roggio, vicepresidente de la cámara y presentador de la conferencia, se limitó a agradecer las palabras del ministro y agregó que "existen algunas divergencias" con el funcionario. Más tarde, en declaraciones a Télam, Roggio agregó: "Nosotros no estamos de acuerdo con eso y entendemos que es un razonamiento apresurado. No tenemos ningún conocimiento de que haya pasado esto". Las palabras del ministro fueron la comidilla de la jornada. "La verdad es que nos sorprendió. Lo invitamos a nuestra casa y nos habla de sobreprecios y cartelización, el gran cartel con el que debe luchar la obra pública", dijo un empresario del sector que no lograba entender por qué el ministro había elegido justo ese auditorio. Fuentes del Palacio de Hacienda y del Banco Mundial confiaron a LA NACION que Lavagna se refirió a la cartelización de precios por la que se suspendió la licitación de caminos financiada por el programa Crema, del Banco Mundial. El proyecto incluía 10 licitaciones en las que se descubrieron presuntos sobreprecios del orden del 25% en promedio, aunque en algunos casos llegaron al 60 por ciento.
Las más grandes. Según las mismas fuentes, en esas licitaciones participaron 42 empresas, entre las que estaban las más grandes del país. Por esta irregularidad, el Ministerio de Planificación Federal suspendió la licitación y la Subsecretaría de Defensa de la Competencia investiga la maniobra. En paralelo, en Washington la cuestión está bajo la investigación del departamento de integridad institucional del Banco Mundial, que se ocupa de revisar cuestiones tanto del sector público como del privado. Las palabras de Lavagna llevaron a la CAC a rebatir las acusaciones. A media tarde, cuando ya promediaban las disertaciones, mediante un comunicado dijo que la entidad está colaborando con el Banco Mundial con el objetivo de disipar las dudas existentes. "Es opinión de la CAC que estos estudios y análisis deben completarse antes de tener conclusiones que podrían ser apresuradas", concluyó el texto. La jornada fue seguida por más de 600 asistentes que desbordaron las instalaciones del hotel Panamericano, donde se desarrolló la convención.
El sector pidió una ley de accidentes laborales. La actividad creció un 12% durante el año.En un clima de marcado optimismo, sólo hubo dos reclamos de los constructores que retumbaron en los oídos del Gobierno: la aprobación de esquemas ágiles para la readecuación del precio de los contratos y la aprobación de un régimen de accidentes de trabajo que espante el fantasma de los costosos juicios laborales. Y para ambos hubo definiciones. No se permitirán indexar los contratos, pero sí habrá una nueva ley de accidentes de trabajo. Los reclamos estuvieron a cargo del presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Carlos Wagner, que fue el encargado de abrir la 53a. Convención Anual del sector. "Hay dos puntos que llaman la atención. Uno es la imposición de esquemas más ágiles para readecuar los contratos. El otro es un nuevo marco para la ley de accidentes de trabajo", dijo el dirigente después de enumerar el buen momento que vive la actividad. Wagner habló también de la magnitud de la construcción en la economía y repasó las cifras del sector. "En los primeros nueve meses la actividad creció un 12%, se despachó más cemento que en el récord de 1999 y se crearon 70.000 empleos formales", sostuvo. Una hora más tarde, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, se encargó de despejar las dudas de los constructores. "Vamos a pelear por la estabilidad de precios y no vamos a favorecer ningún régimen de indexación", fue la respuesta. "Después se puede pensar en otros mecanismos, como la unidad de cuenta en Chile, pero queremos estar seguros de que todos sabemos cuál es el enorme valor de la estabilidad de precios", expresó. Respecto del nuevo contexto de la ley de riesgos del trabajo, el ministro dijo que como máximo en dos semanas el proyecto estará en el Congreso. A la hora de definir la nueva norma, Lavagna apenas dio algunos indicios. "Ni los costos muy bajos de los años 90 con desprotección del trabajador ni la situación de costo potencial actual, donde ante la incertidumbre, obviamente, se incorpora a los costos de la empresa la peor de las hipótesis", resumió. No faltó la oportunidad de que el ministro repasara los números de la economía, entre los que destacó que la construcción creció un 108,4% en los últimos 42 meses y que creó 160.000 puestos de trabajo durante ese tiempo. Antes del jefe del Palacio de Hacienda, el vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli; el vicejefe del Gobierno porteño a cargo de la jefatura, Jorge Telerman, y el secretario general de la Unión Obreros de la Construcción (Uocra), Gerardo Martínez, rescataron la decisión del presidente Néstor Kirchner de disponer cada vez más fondos para dinamizar la economía de la mano de la obra pública. También tuvo su espacio el secretario de Obras Públicas, José Francisco López, que endulzó los oídos de los constructores al confirmarles que la ejecución presupuestaria de 2005 "será de 6000 millones de pesos, lo que representa un incremento de un 125% en relación con el crédito presupuestado". "Para 2006 vamos a ejecutar desde la Secretaría de Obras Públicas un presupuesto de 7000 millones de pesos", remató el funcionario ante la mirada satisfecha de un colmado auditorio de empresarios del sector que abarrotaron en salón del hotel Panamericano. En el cierre de la jornada, que por momentos se vio desbordada por la gran concurrencia de empresarios de la construcción que acompañaron cada una de las conferencias, Kirchner habló de la necesidad de mantener el actual rumbo en lo que a obra pública se trata. Además, descartó el uso de medidas ortodoxas para frenar los aumentos de precios y confirmó que el Gobierno seguirá combatiendo la inflación sin aplicar esas recetas. "Estamos dispuestos a tomar todas las medidas necesarias [contra la inflación] sin acudir a recetas ortodoxas que terminan congelando el crecimiento y frenando la actividad económica", concluyó. Un rato antes, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, dijo que "en los próximos días se terminarán de acordar los contratos con las empresas Telefónica y Telecom". Sostuvo que en los próximos años la construcción de viviendas será la rama que más empleos creará dentro del sector, gracias a una fuerte expansión del crédito hipotecario.