Se trata, en rigor, del incremento de una relación que, hasta que Néstor Kirchner asumió como presidente, era poco significativa: en 2003, por caso, el intercambio comercial entre ambos países fue de 150 millones de dólares, una cifra equivalente a la que la Argentina tiene con países como Indonesia. Pero llegó la escasez de gas argentina y, con ella, la primera razón para empezar a conversar. Durante 2004, ante la amenaza de un invierno energético complicado, Kirchner recurrió a Chávez para comprar fuel oil, combustible que se utiliza para las usinas y que alcanzó para paliar los cortes. En 2004, la Argentina adquirió el insumo de Venezuela mediante un convenio de 240 millones de dólares, que continuó este año y seguirá en 2006. A cambio, Venezuela comprará aquí maquinaria agrícola. Más allá de las urgencias, para la Argentina no se trata sólo de dinero. El fuel oil que se le compró a Chávez durante el primer año fue un 22% más caro que el que ofrecía, por ejemplo, la brasileña Petrobras. El Gobierno explicó que Venezuela ofrecía financiación, y que era lógico que un producto financiado fuera más caro. Existen además otros convenios. Luego del último paso de Chávez por la Argentina, se firmaron y renovaron documentos por US$ 500 millones. Entre otros, un acuerdo entre Diques y Astilleros Navales de Venezuela y Astilleros Río Santiago: se construirán aquí dos buques venezolanos para transportar derivados de petróleo. En septiembre pasado, en Brasilia, Kirchner y Chávez firmaron una carta de entendimiento mediante la cual Petróleos de Venezuela (Pdvsa), estatal del país caribeño, compraría aquí 62 estaciones de servicio de la firma Rhasa y 160 de la cadena Sol por unos 92 millones de dólares. En ese acuerdo ingresó también la española Repsol YPF, que proveerá de crudo a las estaciones de Pdvsa. A cambio, Venezuela le dio a Repsol la posibilidad de explotar zonas ricas en hidrocarburos en la región de Orinoco.
Bonos de la deuda: otro de los puntos de contacto entre ambas naciones fue la adquisición de bonos argentinos por parte de Venezuela este año, por unos US$ 900 millones en Boden 2012 y 2015. La operación le permitió a la Argentina obtener dinero a una tasa más baja que la del mercado. Pero, una vez más, el negocio fue más político que económico: semanas después, fuentes del sector financiero indicaron que Venezuela se había desprendido de los Boden 2012. Puede consignarse una anécdota análoga registrada a principios de este año, cuando Chávez anunció durante un acto frente a la ESMA, la apertura de unas 600 estaciones de servicio de Pdvsa en el país. Se inauguraba una estación que operaría Pdvsa y la estatal argentina Enarsa. "Esto está apenas naciendo -dijo ese día Chávez, que compartía el escenario con el ministro de Planificación argentino, Julio De Vido-. Este año compraremos 600 estaciones de servicio similares en todo el país." Hoy, a casi un mes de fin de año, Pdvsa participa en la Argentina sólo en dos estaciones: una, la mencionada en la avenida del Libertador al 8400; la otra, en una esquina de Panamericana y la ruta 202. Aquella promesa se sustentaba en que Pdvsa le compraría a Shell los activos que la firma angloholandesa tenía en la Argentina. Un mes después, Shell afirmó que se quedaba en el país y negó que en algún momento hubiera negociado con Pdvsa.