El Gobierno volvió ayer a defender el resultado de la IV Cumbre de las Américas, que terminó el sábado en Mar del Plata con un documento que, tras días de crispadas negociaciones, y para evitar el fracaso, reconoció las dos posturas enfrentadas en torno al Area de Libre Comercio de las Américas: las de los 29 pro ALCA, motorizados por los Estados Unidos, y la del Mercosur-Venezuela que pide tiempo y condiciones. Fue en boca del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien dijo que el ALCA "no tiene nada de malo", aunque aclaró que no se puede aplicar en este contexto."Argentina no está renegando del libre comercio, ni siquiera reniega de la globalización, dice que el desafío de la globalización no nos obliga a aceptarlo sin más, sino que nosotros podemos ingresar al mundo del intercambio con inteligencia", señaló Fernández a Radio 10. Y opinó que la cumbre fue "positiva" porque se trabajó "frontalmente", y que "nadie puede haberse sorprendido por lo ocurrido".A decir verdad, en el discurso inaugural que dio ante los presidentes en el Auditorium marplantense, Néstor Kirchner fue explícito. Se sabe que el texto estaba escrito, pero horas después de su reunión con George W. Bush, el Presidente decidió improvisar otra parte, desatando un momento de caos en el equipo de la secretaría Legal y Técnico, que conduce Carlos Zanini. Kirchner nombró varias veces la palabra "integración", pero no el libre comercio continental. "No nos servirá cualquier integración; simplemente, firmar un convenio no será un camino fácil ni directo a la prosperidad", apuntó entonces el mandatario, cosechando los aplausos de todo el recinto, algunos apasionados, y otros de rigor como los de George Bush y sus aliados, salvo los del mexicano Vicente Fox, que con cara de fastidio ya había decidido ni mirar al argentino. Después, Kirchner anticipó en su discurso la que sería finalmente una postura inamovible de todo el Mercosur: "La integración será posible en la medida que se atiendan las asimetrías existentes y si las negociaciones satisfacen los intereses fundamentales de cada país, especialmente, en materia de acceso a los mercados sin restricciones", dijo el Presidente. El juego por cierto también se había tejido en otros ámbitos. Según reconocieron a este diario diplomáticos de alto nivel, los argentinos aclararon varias cuestiones de forma con Hugo Chávez, quien había prometido un duelo verbal con Bush en plena reunión de presidentes. Pero el protagonismo del venezolano quedó contenido en el papel que tuvo durante el acto multitudinario de la contracumbre, en el Estadio Mundialista del balneario. Allí, y no en la cumbre de presidentes, se despachó con todo en pro del ALBA (su Alternativa Bolivariana para la América). Lo cierto es que Chávez, que aspira a integrar el Mercosur tan pronto como sea posible, sorprendió al fin en la Cumbre con su moderación y una alianza a la firme propuesta del bloque económico sudamericano.Ayer, también Argentina tuvo más refuerzos. Llegaron de Brasil, de boca de Marco Aurelio Aurelio García. Y también del chileno Ricardo Lagos quien, si bien estaba del lado de los proALCA, pidió ayer un comercio hemisférico "equitativo, justo y respetuoso".
Después de la Cumbre de las Américas: entrevista con el secretario de Asuntos Internacionales de Lula. Brasil propone relanzar el Mercosur
Marco Aurelio García advirtió que es necesario "ir más allá de la retórica" con el actual proceso de integración regional
Admitió que falta "institucionalización" .Anticipó que debería encaminarse a un esquema similar al de la Unión Europea .Negó divergencias con la Argentina
SAN PABLO.- "Ya se lo dije al presidente Lula: con el Mercosur, estamos necesitando ir más allá de la retórica. Se están haciendo cosas, pero hay que pasar una peineta para ver qué es lo que está faltando y acelerar nuestro proceso de integración." El historiador Marco Aurelio García es algo más que el secretario de Asuntos Internacionales de la presidencia de Brasil. Es también un confidente e interlocutor constante del presidente Luiz Inacio Lula da Silva desde hace más de dos décadas. Por eso, si ayer García le contó a LA NACION sobre su diálogo con Lula al respecto del Mercosur, es porque la apatía que reina dentro del bloque se volvió asunto de preocupación en la alta cúpula del gobierno brasileño. No es una mera coincidencia que esa percepción surja dos días después del tenso encuentro de Mar del Plata y un día después de la cálida recepción del anfitrión Lula al invitado George W. Bush. "Estamos necesitando una institucionalización mayor del Mercosur, tener estructuras más sólidas", dijo García, sobre un tema que avanza hace años muy lentamente dentro del bloque. Para el asesor de Lula, ya no hay mucho más tiempo que perder: "Es necesario comenzar a trabajar más con un modelo similar al de la Unión Europea". Uruguay y Paraguay se quejan constantemente de que el "socio gigante" no los ayuda como podría; el gobierno Kirchner se molesta con los gestos políticos "moderados" de Lula y con la apuesta brasileña a la Comunidad Sudamericana de Naciones, que relega a la Argentina al papel de un socio más del "líder" brasileño en un esquema de integración mayor. Por último, la explícita demostración de una alianza estratégica, hecha por Bush y Lula el domingo, despierta resquemores de que el Mercosur sea un actor secundario. "El Mercosur no es todavía un organismo supranacional como para generar ese tipo de comentarios", advirtió García, con sutileza. Pero es por todos estos factores de incomodidad que ahora Brasil apuesta a fortalecer el Mercosur. Según García, aunque es a Uruguay, por ejercer la presidencia pro tempore del Mercosur, al que le corresponderá lanzar las iniciativas en el encuentro de diciembre, Brasil ya trabaja para que antes de fin de año se haga algo parecido a un "relanzamiento", más allá de lo gastada que esté la expresión dentro de la jerga del bloque.
Sin adjetivos."¿El Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) está sepultada?", le preguntó LA NACION a García. "Los adjetivos poco importan", esquivó el funcionario para evitar desautorizar al presidente venezolano, Hugo Chávez. "Lo que interesa es la cuestión sustantiva: hace mucho que defendemos la idea de que es necesario que los países ricos reduzcan los subsidios agrícolas y las barreras al comercio. No valía la pena hablar de fechas de lanzamiento, que es algo secundario." Brasil, sin embargo, eligió su adversario. Antes mismo de que LA NACION le hiciera alguna referencia al tema, García dijo: "Los que radicalizaron sus posiciones fueron otros, que vinieron diciendo: «Hacemos el ALCA con o sin el Mercosur»". Un ataque directo al presidente mexicano, Vicente Fox, que propone una "solución instantánea". "Es muy rara [la posición mexicana]. Por un lado, pide el ingreso en el Mercosur y después hace una propuesta como esa", manifestó García. Hace años que los cuerpos diplomáticos de Brasil y México tienen una relación como mínimo gélida. Más precisamente desde que el presidente Fernando Henrique Cardoso dejó en 2000 a México fuera del primer encuentro de países de América del Sur, definido así para crear un espacio en que el liderazgo de Brasil no tuviera rivales. Por otro lado, según García, Bush no hizo ningún comentario sobre la Argentina o el presidente Néstor Kirchner. "Lula le mencionó algunas veces al presidente Kirchner y Bush no hizo ningún comentario. Si tuviera algún problema, quizás habría puesto algún reparo", comentó. La supuesta posibilidad de una negociación del ALCA "4 + 1", es decir, los países del Mercosur más los Estados Unidos, no fue discutida. "No creo que ellos vetaran algo así -dijo-, pero tenemos la impresión de que Estados Unidos sabe que no hay posibilidad de discutir nada hasta que no llegue a un acuerdo sobre los subsidios agrícolas."