El empleo privado registrado sigue creciendo a un ritmo muy similar al de la economía, según las cifras de Trabajo. Estos datos podrían indicar una reversión de tendencia, ya que las últimas mediciones del INDEC estaban marcando una desaceleración entre la suba del empleo y el PBI. No obstante, el empleo en blanco es todavía sólo una parte minoritaria de la realidad laboral.
1-¿Cómo es hoy el mercado de trabajo? La Argentina tiene en la actualidad un mercado laboral fragmentado, dividido casi por dos. Una realidad es la de los que están registrados y una situación muy distinta atraviesan los que se desempeñan en negro. Y con un panorama especial están los empleados estatales y los que siguen desocupados.
2-Ventajas del empleo privado en blanco El empleo privado en blanco comprende a menos de la mitad de los asalariados. Es una franja que sigue creciendo, motorizada por los sectores industriales y la construcción. Y como marca la encuesta del Ministerio de Trabajo, hacia adelante son más los empresarios que piensan tomar más gente que disminuir sus planteles. Eso marcaría que la actual tendencia debería continuar en los próximos meses. Un 30% de los asalariados privados en blanco logró alcanzar y en algunos casos superar los niveles salariales promedio de fines de 2001. Son trabajadores vinculados a industrias que lograron aumentar la producción y los precios por encima de la inflación media gracias al proceso de sustitución de importaciones o a la fuerte recuperación de los precios internacionales. Es el sector que, junto a la clase media profesional, mantiene activo el consumo. El resto tiene un poder de compra inferior al de 2001, pero lograron achicar diferencias por los decretos oficiales de sumas no remunerativas y la incidencia de los nuevos convenios.
3-Se agigantan las diferencias. Esa realidad coexiste con un amplio contingente de 4 millones de trabajadores no registrados. Es un sector que perdió una cuarta parte del ya bajo poder adquisitivo que tenía a fines de 2001. Según los últimos datos de Trabajo, excluyendo los planes de empleo y el servicio doméstico, en promedio, los no registrados ganan un 63% menos que los que están registrados. Y no reciben los beneficios laborales y de la Seguridad Social. Es una franja de la población que destina casi todo su ingreso a alimentación y a servicios básicos.
4-La situación del empleo público. Abarca a casi 2 millones de personas. Y junto a los jubilados suelen ser la variable de ajuste de las finanzas públicas, en especial en las provincias donde el gasto salarial es alto en relación al presupuesto. Por eso hoy la conflictividad laboral se da prioritariamente en la dependencias oficiales, hospitales y escuelas.
5-El desafío de bajar la desocupación. Sin planes sociales, el desempleo está en 16,6%. Son unos 2,5 millones de personas. La reinserción laboral de toda esa gente sigue siendo problemática porque, normalizada la producción, la demanda de empleo se orienta cada vez más hacia oficios y puestos calificados. Por eso, antes que tomar desocupados que hace tiempo están fuera del cir cuito laboral, hay una incipiente rotación de asalariados ocupados. Y en algunos casos, falta personal calificado.