ASOCIACION DEL PERSONAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA

Noticias de Apinta

  • 27-05-2005

    Polémica decisión del gobierno

    Un piquetero es el delegado oficial en Bolivia
    La Nación

    Isaac “Yuyo” Rudnik, un cordobés de 51 años, encumbrado dirigente de la agrupación de izquierda Patria Libre –fue uno de sus fundadores, en 1987– y coordinador de los equipos técnicos de relaciones internacionales de Barrios de Pie, brazo piquetero del sector, es el hombre que el Gobierno eligió como enviado a la convulsionada Bolivia.

    La elección causó malestar entre diplomáticos del Palacio San Martín, que cuestionan que el Presidente haya privilegiado a una figura tan controvertida en desmedro de experimentados funcionarios.

    Casi como la contracara de la decisión de Brasil, que para reportar sobre la crisis mandó al principal asesor presidencial en política exterior, la Argentina optó por Rudnik, un asesor de la Subsecretaría de Política Latinoamericana de la Cancillería cuyo principal mérito para adjudicarse la misión es haber cultivado fluidos nexos con las organizaciones sociales de la región. "Taiana [vicecanciller] y Franco [subsecretario de Política Latinoamericana] le hicieron la propuesta al canciller, que la consideró apropiada", respondió Oscar Feito, el vocero de Rafael Bielsa, al ser consultado sobre quién eligió a Rudnik y cuáles fueron los motivos que pesaron en la decisión.

    "Nos hemos cuidado de inmiscuirnos en cuestiones internas de otro país, por eso no podíamos enviar a alguien de alto perfil. La persona que viajó fue para trabajar en el contexto de nuestra representación diplomática como observador. Su misión es informar a la Cancillería sobre el panorama político y social de Bolivia, no intervenir en la crisis. Por ello hubo una decisión política para que el enviado no fuera un diplomático", explicó el vocero a LA NACION.

    "Nos encargamos de chequear con la cancillería boliviana la existencia del supuesto malestar por la categoría de nuestro enviado. Es inexistente. Y, por otra parte, tampoco es cierto que hayan rechazado la intermediación argentina: difícil es rechazar algo que nunca pidieron ni ofrecimos", agregó.

    Feito destacó que el valor agregado de Rudnik es que en un conflicto que tiene una fuerte impronta social, en referencia a los reclamos de las diferentes agrupaciones bolivianas, es alguien que "entiende como funcionario la lógica de los sectores sociales".

    Sobre los cuestionamientos de los funcionarios de carrera, Feito contestó: "Las autoridades de la Cancillería son las que opinan; el resto no. Pero más allá de eso, en la subsecretaría de Política Latinoamericana hay varios diplomáticos que han participado activamente del tema y que han sido consultados. El comentario que hayan hecho algunos diplomáticos es en desmedro de sus propios colegas".

    Mientras seguía resonando el eco de las quejas de varios funcionarios de carrera que pasaron buena parte de su vida profesional en Bolivia y que ni siquiera fueron consultados por las autoridades políticas, fuentes oficiales de la Cancillería se esforzaban por diferenciar la crisis que actualmente vive el presidente boliviano Carlos Mesa, de lo ocurrido con Gonzalo Sánchez de Lozada, el antecesor de Mesa, que terminó destituido.

    "La situación ahora es muy distinta. La Argentina apoya la continuidad institucional del presidente Mesa. No queremos ser un factor desestabilizador y el perfil de nuestro enviado responde a esa necesidad", insistió un estrecho colaborador de Bielsa.

    Viajero frecuente

    Antes de fundar Patria Libre, Rudnik militó en la Juventud Guevarista. Preso político durante la última dictadura militar, el retorno de la democracia lo encontró militando en las filas del Partido Intransigente.

    Actualmente, además de dirigir los equipos técnicos de Barrios de Pie, escribe artículos para varias publicaciones de izquierda e integra la organización "Autoconvocados contra el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas)" junto con personalidades como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas.

    Sus frecuentes viajes por América latina para participar de encuentros de organizaciones sociales -como el II Congreso Bolivariano de los pueblos, que se hizo a fin de año en Venezuela-, le permitió vincularse con dirigentes de todo el continente.

    Dicen, quienes más lo conocen, que Rudnik cimentó una estrecha relación con Evo Morales, el dirigente cocalero boliviano que encabezó el pedido de renuncia de Sánchez de Lozada.

    Entre las variadas actividades que desarrolla, Rudnik participa de la cátedra nacional "Los procesos revolucionarios en América latina y el Caribe", que se dicta en la UBA y entre cuyos objetivos figura "aportar una mirada sobre la génesis, los protagonistas y las corrientes de pensamiento de los principales procesos políticos y sociales ocurridos en América latina", analizado "desde la perspectiva de las luchas que los sectores populares protagonizan en su búsqueda por transformar la realidad". La revolución bolivariana; Cuba: patria y socialismo, y Brasil, Lula y el pueblo, son algunos de los puntos del programa. 

     


     
     

    Polémica decisión del Gobierno Un piquetero, delegado oficial en Bolivia
    Por Florencia Carbone
    De la Redacción de LA NACION

      

    Isaac “Yuyo” Rudnik, un cordobés de 51 años, encumbrado dirigente de la agrupación de izquierda Patria Libre –fue uno de sus fundadores, en 1987– y coordinador de los equipos técnicos de relaciones internacionales de Barrios de Pie, brazo piquetero del sector, es el hombre que el Gobierno eligió como enviado a la convulsionada Bolivia.

    La elección causó malestar entre diplomáticos del Palacio San Martín, que cuestionan que el Presidente haya privilegiado a una figura tan controvertida en desmedro de experimentados funcionarios.

    Casi como la contracara de la decisión de Brasil, que para reportar sobre la crisis mandó al principal asesor presidencial en política exterior, la Argentina optó por Rudnik, un asesor de la Subsecretaría de Política Latinoamericana de la Cancillería cuyo principal mérito para adjudicarse la misión es haber cultivado fluidos nexos con las organizaciones sociales de la región. "Taiana [vicecanciller] y Franco [subsecretario de Política Latinoamericana] le hicieron la propuesta al canciller, que la consideró apropiada", respondió Oscar Feito, el vocero de Rafael Bielsa, al ser consultado sobre quién eligió a Rudnik y cuáles fueron los motivos que pesaron en la decisión.

    "Nos hemos cuidado de inmiscuirnos en cuestiones internas de otro país, por eso no podíamos enviar a alguien de alto perfil. La persona que viajó fue para trabajar en el contexto de nuestra representación diplomática como observador. Su misión es informar a la Cancillería sobre el panorama político y social de Bolivia, no intervenir en la crisis. Por ello hubo una decisión política para que el enviado no fuera un diplomático", explicó el vocero a LA NACION.

    "Nos encargamos de chequear con la cancillería boliviana la existencia del supuesto malestar por la categoría de nuestro enviado. Es inexistente. Y, por otra parte, tampoco es cierto que hayan rechazado la intermediación argentina: difícil es rechazar algo que nunca pidieron ni ofrecimos", agregó.

    Feito destacó que el valor agregado de Rudnik es que en un conflicto que tiene una fuerte impronta social, en referencia a los reclamos de las diferentes agrupaciones bolivianas, es alguien que "entiende como funcionario la lógica de los sectores sociales".

    Sobre los cuestionamientos de los funcionarios de carrera, Feito contestó: "Las autoridades de la Cancillería son las que opinan; el resto no. Pero más allá de eso, en la subsecretaría de Política Latinoamericana hay varios diplomáticos que han participado activamente del tema y que han sido consultados. El comentario que hayan hecho algunos diplomáticos es en desmedro de sus propios colegas".

    Mientras seguía resonando el eco de las quejas de varios funcionarios de carrera que pasaron buena parte de su vida profesional en Bolivia y que ni siquiera fueron consultados por las autoridades políticas, fuentes oficiales de la Cancillería se esforzaban por diferenciar la crisis que actualmente vive el presidente boliviano Carlos Mesa, de lo ocurrido con Gonzalo Sánchez de Lozada, el antecesor de Mesa, que terminó destituido.

    "La situación ahora es muy distinta. La Argentina apoya la continuidad institucional del presidente Mesa. No queremos ser un factor desestabilizador y el perfil de nuestro enviado responde a esa necesidad", insistió un estrecho colaborador de Bielsa.

    Viajero frecuente

    Antes de fundar Patria Libre, Rudnik militó en la Juventud Guevarista. Preso político durante la última dictadura militar, el retorno de la democracia lo encontró militando en las filas del Partido Intransigente.

    Actualmente, además de dirigir los equipos técnicos de Barrios de Pie, escribe artículos para varias publicaciones de izquierda e integra la organización "Autoconvocados contra el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas)" junto con personalidades como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas.

    Sus frecuentes viajes por América latina para participar de encuentros de organizaciones sociales -como el II Congreso Bolivariano de los pueblos, que se hizo a fin de año en Venezuela-, le permitió vincularse con dirigentes de todo el continente.

    Dicen, quienes más lo conocen, que Rudnik cimentó una estrecha relación con Evo Morales, el dirigente cocalero boliviano que encabezó el pedido de renuncia de Sánchez de Lozada.

    Entre las variadas actividades que desarrolla, Rudnik participa de la cátedra nacional "Los procesos revolucionarios en América latina y el Caribe", que se dicta en la UBA y entre cuyos objetivos figura "aportar una mirada sobre la génesis, los protagonistas y las corrientes de pensamiento de los principales procesos políticos y sociales ocurridos en América latina", analizado "desde la perspectiva de las luchas que los sectores populares protagonizan en su búsqueda por transformar la realidad". La revolución bolivariana; Cuba: patria y socialismo, y Brasil, Lula y el pueblo, son algunos de los puntos del programa.

    Con la colaboración de María Cecilia Tosi

     


     
     

    Polémica decisión del Gobierno Un piquetero, delegado oficial en Bolivia
    Por Florencia Carbone
    De la Redacción de LA NACION

      

    Isaac “Yuyo” Rudnik, un cordobés de 51 años, encumbrado dirigente de la agrupación de izquierda Patria Libre –fue uno de sus fundadores, en 1987– y coordinador de los equipos técnicos de relaciones internacionales de Barrios de Pie, brazo piquetero del sector, es el hombre que el Gobierno eligió como enviado a la convulsionada Bolivia.

    La elección causó malestar entre diplomáticos del Palacio San Martín, que cuestionan que el Presidente haya privilegiado a una figura tan controvertida en desmedro de experimentados funcionarios.

    Casi como la contracara de la decisión de Brasil, que para reportar sobre la crisis mandó al principal asesor presidencial en política exterior, la Argentina optó por Rudnik, un asesor de la Subsecretaría de Política Latinoamericana de la Cancillería cuyo principal mérito para adjudicarse la misión es haber cultivado fluidos nexos con las organizaciones sociales de la región. "Taiana [vicecanciller] y Franco [subsecretario de Política Latinoamericana] le hicieron la propuesta al canciller, que la consideró apropiada", respondió Oscar Feito, el vocero de Rafael Bielsa, al ser consultado sobre quién eligió a Rudnik y cuáles fueron los motivos que pesaron en la decisión.

    "Nos hemos cuidado de inmiscuirnos en cuestiones internas de otro país, por eso no podíamos enviar a alguien de alto perfil. La persona que viajó fue para trabajar en el contexto de nuestra representación diplomática como observador. Su misión es informar a la Cancillería sobre el panorama político y social de Bolivia, no intervenir en la crisis. Por ello hubo una decisión política para que el enviado no fuera un diplomático", explicó el vocero a LA NACION.

    "Nos encargamos de chequear con la cancillería boliviana la existencia del supuesto malestar por la categoría de nuestro enviado. Es inexistente. Y, por otra parte, tampoco es cierto que hayan rechazado la intermediación argentina: difícil es rechazar algo que nunca pidieron ni ofrecimos", agregó.

    Feito destacó que el valor agregado de Rudnik es que en un conflicto que tiene una fuerte impronta social, en referencia a los reclamos de las diferentes agrupaciones bolivianas, es alguien que "entiende como funcionario la lógica de los sectores sociales".

    Sobre los cuestionamientos de los funcionarios de carrera, Feito contestó: "Las autoridades de la Cancillería son las que opinan; el resto no. Pero más allá de eso, en la subsecretaría de Política Latinoamericana hay varios diplomáticos que han participado activamente del tema y que han sido consultados. El comentario que hayan hecho algunos diplomáticos es en desmedro de sus propios colegas".

    Mientras seguía resonando el eco de las quejas de varios funcionarios de carrera que pasaron buena parte de su vida profesional en Bolivia y que ni siquiera fueron consultados por las autoridades políticas, fuentes oficiales de la Cancillería se esforzaban por diferenciar la crisis que actualmente vive el presidente boliviano Carlos Mesa, de lo ocurrido con Gonzalo Sánchez de Lozada, el antecesor de Mesa, que terminó destituido.

    "La situación ahora es muy distinta. La Argentina apoya la continuidad institucional del presidente Mesa. No queremos ser un factor desestabilizador y el perfil de nuestro enviado responde a esa necesidad", insistió un estrecho colaborador de Bielsa.

    Viajero frecuente

    Antes de fundar Patria Libre, Rudnik militó en la Juventud Guevarista. Preso político durante la última dictadura militar, el retorno de la democracia lo encontró militando en las filas del Partido Intransigente.

    Actualmente, además de dirigir los equipos técnicos de Barrios de Pie, escribe artículos para varias publicaciones de izquierda e integra la organización "Autoconvocados contra el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas)" junto con personalidades como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas.

    Sus frecuentes viajes por América latina para participar de encuentros de organizaciones sociales -como el II Congreso Bolivariano de los pueblos, que se hizo a fin de año en Venezuela-, le permitió vincularse con dirigentes de todo el continente.

    Dicen, quienes más lo conocen, que Rudnik cimentó una estrecha relación con Evo Morales, el dirigente cocalero boliviano que encabezó el pedido de renuncia de Sánchez de Lozada.

    Entre las variadas actividades que desarrolla, Rudnik participa de la cátedra nacional "Los procesos revolucionarios en América latina y el Caribe", que se dicta en la UBA y entre cuyos objetivos figura "aportar una mirada sobre la génesis, los protagonistas y las corrientes de pensamiento de los principales procesos políticos y sociales ocurridos en América latina", analizado "desde la perspectiva de las luchas que los sectores populares protagonizan en su búsqueda por transformar la realidad". La revolución bolivariana; Cuba: patria y socialismo, y Brasil, Lula y el pueblo, son algunos de los puntos del programa.

    Con la colaboración de María Cecilia Tosi

     


     
     


     
     
     
     
     
     
     
      
      
      
     
     
      
     
     
     
     
       
       
       
     
     
      
     
     
     
     
       
       
      

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