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14-04-2005
Kirchner instó a invertir en la Argentina y prometió estabilidad
Se reunió con empresarios alemanes. Ofreció un "horizonte económico sano y estable" para los negocios. Y dijo que el fin del default significa "un punto de inflexión para iniciar un proceso hacia el desarrollo" del país.
Clarin.com - Fernando González. BERLIN. ENVIADO ESPECIAL

Un punto de inflexión es el cambio de una tendencia y también el comienzo de una nueva etapa. El discurso que Néstor Kirchner pronunció ayer ante un grupo de empresarios alemanes y algunas de las respuestas que dio a sus consultas tal vez puedan considerarse en el futuro como el inicio de la agenda post default para el Gobierno.

"En mi país se inaugura una nueva etapa en la que no estarán ausentes las oportunidades para las inversiones productivas", fue la primera frase importante del discurso presidencial, que hizo eje en la necesidad de que la Argentina recupere la capacidad de atraer inversiones externas.

Hablándole a su auditorio alemán, Kirchner ofreció "un horizonte económico sano y estable", y destacó los 2.000 millones de dólares invertidos por empresas alemanas desde 1992. Y terminó afirmando que "Alemania se ha transformado en un socio estratégico para la Argentina".

No son ideas que se hayan hecho públicas improvisadamente. El domingo, Clarín informó que la agenda post default incluye: arreglo a mitad de año o en su defecto tensión con el FMI; resolución de la puja salarial; contención de la inflación y promoción de las inversiones.

Esto último, porque el Gobierno cree que si no ingresan capitales, el crecimiento podría bajar del 9,1% que alcanzó en 2004.

Para comprobar los objetivos con los que Kirchner aterrizó en Berlín, basta repasar otras frases de su discurso de ayer en la Casa de la Economía Alemana.

"Las promisorias perspectivas que ofrece la Argentina abren un abanico de posibilidades de crecimiento de los lazos con el mundo, en especial con Alemania."

"Si alguna lección nos muestra la historia reciente, es que no se puede alcanzar el progreso económico sin prudencia en el manejo de los recursos."

"La reestructuración de la deuda abre un nuevo período en la historia de la economía argentina, un punto de inflexión, una oportunidad para iniciar un irreversible proceso al desarrollo."

"El desafío se centrará en mantener la prudencia fiscal para atender los compromisos de la nueva estructura de la deuda pública, y también de la deuda social interna". Aquí, Kirchner dijo que Argentina "no puede resignarse a convivir con un desempleo de dos dígitos y niveles de pobreza del 40%".

En cuanto a inversiones, destacó que "otros desafíos de la política económica serán: consolidar la estabilidad de precios, normalizar el crédito y renegociar los contratos de concesión con las empresas de servicios".

"Las inversiones productivas juegan un papel clave para convertir la recuperación en crecimiento sostenido. Un horizonte económico sano es insustituible para atraer capitales."

El discurso fue bien recibido por los casi cien empresarios alemanes que lo escucharon. Más allá de los elogios que le dedicó en el comienzo el presidente de la Cámara de Comercio Germano-Argentina, Rüdiger Mackenthun, por la recuperación de la economía argentina, luego se produjo un intercambio de preguntas y respuestas que dejó un saldo general de conformidad.

El titular de Volkswagen Argentina, Victor Klima, pidió aumentar el intercambio entre América del Sur y la Unión Europea, una demanda con la que insisten los empresarios alemanes.

El ejecutivo preguntó por las dificultades que podría tener la Argentina en materia de energía. "Lo fundamental es que se solucionen problemas de la región, esencialmente entre Chile y Bolivia, porque eso permitiría una verdadera ecuación energética en la región", contestó el Presidente.

La pregunta más incisiva provino de Beatriz Kuehne, de la Confederación Alemana de la Industria, quien consultó a Kirchner sobre cómo pensaba restablecer la confianza y la seguridad jurídica para atraer inversiones.

"La confianza se construye día a día, y va a llevar mucho tiempo hacerlo, pero los actos del Gobierno van a hablar por sí solos sobre si se están haciendo bien las cosas", respondió el Presidente.

Fue el final de una jornada que lo vio reunido con directivos de Siemens, siguió con el encuentro con empresarios y terminó con una visita a Volkswagen. Hoy estará más cómodo en el terreno político, cuando vuelva a encontrarse con Gerhard Schroeder, el jefe de gobierno de un país cuyo respaldo necesita para la batalla de siempre con el FMI.