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  • 29-03-2005

    La pelea por los salarios también produce cruces dentro de la CGT

    Moyano volvió a cargar contra Lavagna y Rueda rechazó los ataques al ministro.
    Marcelo Helfgot - Clarin.com

    Los chispazos entre Hugo Moyano y Susana Rueda ya son un clásico sindical. Ayer, los dos integrantes del triunvirato que conduce la CGT volvieron a cruzarse fuerte, con las discusiones sobre el rebrote inflacionario y su impacto sobre los salarios como telón de fondo.

    Mientras el camionero insistió en cuestionar a Roberto Lavagna, por haber rechazado que los eventuales aumentos de sueldo que acuerden trabajadores y empresarios se enganchen al costo de vida, la dirigente de la sanidad terció en defensa del ministro de Economía. Alegó que Lavagna nunca dijo que los salarios sólo deben ajustarse según la productividad y calificó como "un disparate" compararlo con el ex ministro del menemismo y la Alianza, Domingo Cavallo, tal como hizo Moyano días atrás.

    "No nos van a poder engañar más diciendo que los salarios generan inflación", dijo Moyano, en su réplica a Lavagna. "Es un verso que ya no lo cree nadie", agregó. Y se preguntó: "¿Cómo es posible que el que genera riqueza de la tierra, el que realiza el esfuerzo para que el país crezca, sea causante de inflación?"

    En cambio, Rueda explicó que durante su reciente encuentro con Lavagna —que además se vio con el tercer cosecretario de la central, José Luis Lingeri, pero no con Moyano—, "se coincidió en que el salario debe ser fijado por dos instrumentos básicos: el Consejo del Salario y la Productividad, y la negociación colectiva".

    Al enarbolar esa postura, la dirigente santafesina se alineó con los sectores del Gobierno que pretenden que los incrementos salariales dejen de fijarse por decreto, más allá del piso mínimo que se establezca y que, según trascendió, será de 510 pesos a partir del 1º de abril.

    Además, Rueda negó que en esa conversación el ministro de Economía haya dicho que los aumentos sólo deben fijarse "según la productividad". Y explicó: "Lo que sí acordamos es que las marcas que suben precios tienen que ver con sectores especuladores de la economía que estaban torciendo la realidad, en detrimento de los salarios".

    No fue el único motivo de discordia. Rueda también rechazó las insinuaciones de Moyano sobre la posibilidad de que la central obrera se plantee convocar a un paro en reclamo de aumentos salariales. "No es la mejor idea ni la más propicia enfrentar a un Presidente que permanentemente da respuestas", dijo, en claro alineamiento con la Casa Rosada.

    Más allá de la polémica interna, el consejo directivo de la CGT estudia formalizar esta semana un pedido de audiencia con el presidente Néstor Kirchner para exponerle su posición en relación con la necesidad de mejoras salariales que compensen el alza de los precios. La idea será discutida mañana por la conducción sindical y apunta a lograr que el santacruceño se convierta en árbitro de la compulsa salarial y termine favoreciendo sus demandas.

    Allí también la CGT fijaría en 760 pesos —un monto equivalente a la canasta básica de alimentos— su propio reclamo para el ajuste del salario mínimo.

    La otra central de trabajadores, la CTA de Víctor de Gennaro, será recibida el viernes por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, para discutir el tema. "Podemos demostrar que la rentabilidad económica es muy alta, pero no se discuten salarios. Está claro que es Lavagna el que maneja las relaciones laborales en el país y se lo vamos a decir a Tomada", afirmó ayer De Gennaro, otro sindicalista que eligió disparar contra el Palacio de Hacienda.

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