El aspecto más conocido de la actual reforma previsional es la apertura de la vía que permitirá pasar de capitalización a reparto. La de sentido inverso nunca estuvo cerrada. Con el viejo sistema, quien elegía capitalización, lo hacía para toda la vida. Ahora es posible afiliarse a una AFJP con la idea de pasar más tarde al sistema estatal.
Esta comunicación permanente posibilita ahora sacar el máximo provecho de cada sistema. El Estado otorga una retribución constante como porcentaje del promedio salarial de los últimos 10 años trabajados por los aportes realizados: por cualquiera pagará 1,5% del salario (ver infografía). En las AFJP, por el contrario, la diferencia es muy significativa por efecto de la capitalización de la renta.
Con una rentabilidad real de 5% anual según los cálculos realizados por Marcú & Asociados un año de aportes realizado a los 20 años genera el equivalente a 3,8% del salario. Si ese año de aportes se realiza a los 60, se obtiene bajo los mismos supuestos sólo 1%.
La infografía muestra con claridad que los aportes hechos en las AFJP en los primeros años "rinden" más que si se derivan al sistema de reparto. En los últimos años, la ventaja se invierte. Es posible, entonces, ahora que está habilitada la doble vía, realizar los aportes al sistema que más convenga en cada momento para "maximizar" la jubilación. Pero el Estado, fijó un tope de 55 años para los hombres y 50 para las mujeres para aceptar el ingreso a reparto. Busca así limitar el quebranto que le generan los aportes por poco tiempo.
Como la reforma igualará la Prestación Adicional por Permanencia (PAP) con la Prestación Compensatoria (PC) en un 1,5% del salario, la edad de corte se anticipó varios años con respecto a la que se calculaba hasta ahora, con una PAP de sólo 0,85%.
Según los cálculos de Daniel Marcú, con un supuesto de inflación del 2,5%, a los hombres de entre 45 y 50 años ya les conviene pasarse a reparto. Si la inflación fuera del 5%, el mejor momento ocurre recién entre los 50 y 55 años. La explicación es que el Estado calcula el haber sobre el salario promedio de los últimos 10 años, y cuanto más alta es la inflación más se deprime el salario promedio. A las AFJP, en cambio, no les afecta la inflación porque se está suponiendo una rentabilidad de 5% por encima de la suba de precios, cualquiera sea la tasa.
Para las mujeres, como pueden jubilarse antes, el corte se sitúa a una edad aún más temprana: entre los 35 y los 40 años. Para las que no piensan jubilarse antes, ese límite coincide aproximadamente con el de los hombres.
Las simulaciones de los técnicos son ilustrativas, pero no puede dejar de señalarse que están necesariamente basadas en una serie de supuestos sobre el futuro que, aunque parezcan razonables, pueden terminar alejados de la realidad.