Polémica judicial.La Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), que lidera Julio Piumato, delegado en el Consejo del Salario, rechazó ayer una iniciativa académica para reformar el régimen de vacaciones del personal.
Cada uno anduvo por su lado. Pese a que el de ayer debía ser un día de reuniones entre sindicalistas y empresarios, finalmente no ocurrió nada de eso. Unos y otros estuvieron al mismo tiempo en el Ministerio de Trabajo, pero prácticamente ni se cruzaron. A raíz de las diferencias entre las dos posiciones, el ministro Carlos Tomada prefirió negociar con ambas partes por separado.
"Se trató de alcanzar un consenso para no llegar al plenario forzadamente. La intención es alcanzar un acuerdo en la comisión y recién después abrir el plenario", explicaron anoche los voceros del Ministerio."Los empresarios estuvieron reunidos con el ministro y nosotros nos mantuvimos al margen. Qué íbamos a discutir si ellos no llevaron ninguna propuesta. Esperemos lograr un consenso y si no habrá que votar", dijo uno de los jefes de la CGT que estuvo ayer en Trabajo.La ley establece que las resoluciones del Consejo del Salario se aprueban por mayoría de dos tercios de sus 32 integrantes. También dice que si al término de dos sesiones no se logra esa mayoría, el presidente es decir el ministro de Trabajo "deberá laudar respecto de los puntos en controversia". En ese caso, Tomada podría buscar un punto intermedio entre las posturas de las dos partes.
Desde todo punto de vista, para el Gobierno sería mucho mejor que el nuevo salario mínimo se estableciera por consenso, como ocurrió anteriormente. No sólo porque sería un mensaje político más fuerte, sino también porque le evitaría tener que tomar partido por uno de los dos sectores en pugna.
En la CGT confían en que, a partir de la relación del camionero Hugo Moyano con el presidente Néstor Kirchner, el Gobierno laudaría a su favor. Habrá que ver qué sucede hoy.