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Noticias de Apinta

  • 06-07-2006

    Derechos del Consumidor

    Los negocios porteños deberán tener un libro de quejas. Hor la legislatura trataría un proyecto para lograr que los reclamos tengan respuesta.

     

     

     


     
     

    Una mujer llevaba más de una hora esperando que la atiendan en la oficina de su prepaga cuando explotó y pidió el libro de quejas para registrar su fastidio. Le dijeron que no lo tenían y que si quería reclamar tenía que ingresar al sitio web de la empresa. A un estudiante universitario lo invadió la misma indignación cuando en el supermercado de su barrio no tuvo la posibilidad de dejar asentado que en la caja le cobraron de más: con la excusa de que no tenían monedas le redondearon la cuenta para arriba.

    Pero hoy algo puede cambiar a favor de los consumidores. Es que la Legislatura porteña se preparía para aprobar una ley que establece que los comercios y locales que brindan atención al cliente o servicios de post-venta, y también las dependencias del Gobierno porteño que atiendan al público, tendrán la obligación de tener a disposición de los consumidores un libro de quejas, sugerencias y reclamos.

    Hasta ahora no hay reglamentación al respecto. Funcionaban más como un control interno del negocio y Defensa del Consumidor no los controlaba.

    La iniciativa la presentó la diputada Paula Bertol (del PRO) y ya cuenta con un dictamen favorable de la Comisión de Defensa del Consumidor y de Legislación General de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

    Si hoy se aprueba, los consumidores ya no se quedarán con las ganas de asentar su queja de puño y letra. En los comercios, serán motivos suficientes para hacer uso del libro del queja las siguientes anormalidades: el tiempo de espera excesivo, la mala atención por parte de los empleados, la falta de respuesta o de información sobre trámites; la falta de baños o sillas y también de atención específica a personas discapacitadas o a mayores de edad, entre otros problemas.El proyecto aclara que para que estas quejas se consideren denuncias por infracción a la ley, los clientes deberán tramitarla luego en un organismo de Defensa del Consumidor. En tanto, en las dependencias oficiales, el director o responsable del sector donde esté el libro deberá comunicar dentro de las 72 horas las quejas asentadas; si se trata de reclamos urgentes el plazo será de 24 horas.

    Los locales y oficinas de la Ciudad deberán tener, además, un cartel informativo en un lugar bien visible para el público donde se informe la existencia del libro y los teléfonos de los organismos de Defensa del Consumidor que pueden consultar.También deberán tener a disposición del público un teléfono de uso gratuito para que la gente pueda llamar a los organismos de Defensa del Consumidor u otras dependencias.El proyecto establece que el libro será foliado, sellado y entregado por la Dirección de Defensa del Consumidor (la autoridad de aplicación para estos casos). El procedimiento será así: el folio original del libro de queja se enviará a Defensa del Consumidor, una copia del mismo será para el consumidor y otra quedará asentada en el libro.

    El libro de quejas será objeto de inspecciones. Y los incumplimientos serán sancionados de acuerdo con la ley 24.240, de Defensa del Consumidor.

     

     

     

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