La lucha incansable de distintos sectores de la sociedad argentina reclamando por la aparición con vida de sus hijos, hermanos, nietos y amigos, junto a otras muchas luchas que se libraron en todo nuestro país, durante treinta años, y aún no se ha concluido, se tradujeron, a través del tiempo y de las búsquedas, de los encuentros, de la alegría y la pena, muchas veces unidas y siempre trasvasadas por el dolor, en la actitud de un pueblo que harto de injusticias y con un enorme deseo de verdad dijo NUNCA MAS, a la violación de los derechos del hombre.
Con la puesta en marcha de una política asentada en la muerte cotidiana y bestial, y el terror como forma de inhibición total de la dignidad y la moral, el 24 de marzo de 1976 toma cuerpo un plan económico nefasto que condenó al hambre y la marginación a la mayoría del pueblo argentino; una política de destrucción de la industria nacional y el desguase del Estado con las consecuencias que esto implicaba: el abandono de la salud pública, la censura a la educación y a todas las manifestaciones artísticas, el resquebrajamiento progresivo de los organismos de ciencia y técnica y la nulidad de la justicia.
Nuestra organización gremial no fue una isla en medio de tanta tragedia. Compañeros de trabajo, amigos y dirigentes sindicales fueron cesanteados, llevados al exilio, desaparecidos y, en muchos casos, muertos por la dictadura. También nuestra fuente de trabajo sufrió los embates del régimen: fueron muchos los intentos por hacerla desaparecer a través de los sucesivos recortes presupuestarios, los retiros voluntarios y disponibilidades y. por último, el intento de privatización. Sin embargo, con la lucha y la participación de todos, hoy podemos transitar el camino de la recuperación institucional.
Por ello queremos rendir homenaje a todos aquellos que lucharon por un país mejor, ellos son la memoria para recordar lo que sufrimos. Son las voces del silencio, para que no se vuelva repetir una historia vergonzante.
Hoy se puede discutir desde distintos sectores si el 24 de marzo debe ser feriado o no, pero sin dudas todos coincidimos en que es un día de reflexión, de oración y de evocación. Desde el Secretariado nacional de APINTA invitamos a todos los afiliados a participar, a lo largo y ancho del país, en los actos por la Memoria. Que NUNCA MAS se repita esta parte de la historia; para ello es necesario que NUNCA LA OLVIDEMOS.