La experiencia de instituciones académicas, científicas, técnicas y de extensión de nuestro país y del mundo, ha demostrado que solamente se asegura el éxito de un proyecto de investigación y desarrollo cuando se funciona en equipo con el fuerte compromiso de todos los participantes teniendo en cuenta el rol y responsabilidad asignado a cada uno de ellos.
Un aspecto estratégico imprescindible para mejorar la eficiencia del equipo, es el funcionamiento armónico y la capacitación permanente de cada uno de los componentes del grupo.
El INTA tiene una larga trayectoria de más de 50 años en la actividad científica de investigación y extensión, ha promovido y utilizado este modelo con logros y resultados exitosos evidentes por sus impactos directos e indirectos en el sector agropecuario.
Cuando se analiza en particular cada uno de los grandes logros institucionales no es posible ni justo separar los méritos individuales, reconociendo que los mismos deben ser compartidos entre todos los participantes de los grupos de investigación y extensión.
No es posible la implementación de los proyectos de investigación a través de ensayos sobre el terreno o en laboratorios, sin contar con técnicos, personal de campo y de laboratorio especializados en diferentes disciplinas y habilidades. Igualmente los proyectos de transferencia tecnológica, extensión y desarrollo son de alta complejidad. No escapa a los que tienen experiencia en esta temática, los profundos conocimientos requeridos para hacer docencia en transferencia y adopción de tecnologías, el uso de métodos y estrategias eficientes en la comunicación para lograr el asociativismo de los productores.
Investigación, transferencia, extensión y desarrollo sustentable, todo esto apuntando al desarrollo integral de las distintas regiones del país, cumplen con la finalidad de una institución como el INTA.
Esta concepción de los grupos de trabajo integrando capacidades y talentos, dirigidos al logro de los objetivos y responsabilidades institucionales requiere un programa de capacitación permanente en sus distintas modalidades.
Únicamente personal auxiliar con experiencia en sistematización de datos de ensayos, registro de información de todo tipo, especializado en el manejo de los costosos y sofisticados equipos y excelente entrenamiento en programas de computación para la preparación de medios audiovisuales ú otro material didáctico, eficientiza significativamente la labor del investigador ó extensionista. Lo mismo para la actualización bibliográfica, que se está transformando en una tarea cada vez más compleja.
Por otra parte las gestiones institucionales internas y externas que se realizan desde el área administrativa, secretarial, recursos humanos, mantenimiento, etc., son imprescindibles para el buen funcionamiento institucional con un modelo de gestión acorde con las nuevas formas de organización de la ciencia, tecnología e innovación como el funcionamiento matricial y en red. Personal altamente calificado en estas áreas asegura que la asignación de recursos y estrategias de financiamiento se efectúen en función de los objetivos y prioridades institucionales; promoviendo la descentralización administrativa e implementación de contratos de gestión.
Las gestiones de excelencia dirigidas a la atención del cliente interno y externo, sirven para armonizar las relaciones y prestigia la institución. La profesionalización de todos los actores de los sectores de gestión institucional, debe estar dentro de las normas de calidad equivalentes a las organizaciones de excelencia.
Resumiendo, la experiencia de los grupos de investigación y desarrollo indica con claridad que los aportes al conocimiento, la innovación tecnológica, la formación de recursos humanos, la transferencia y la extensión no se hubieran podido llevar a cabo si no se trabaja en equipo con el personal técnico y de apoyo capacitado, responsable y comprometido con el rol institucional de ayudar al desarrollo socio-económico de los numerosos sectores relacionados, directa o indirectamente, con la producción agropecuaria, agroalimentaria y agroindustrial
Toda la tarea institucional enunciada requiere la participación de equipos de trabajo con un nivel de integración y gestión efectivos, reconociendo los aportes de cada integrante, compartiendo no solo las tareas y responsabilidades sino también los derechos y beneficios, con una escala de remuneraciones acorde a la complejidad de sus tareas, las posibilidades de capacitación y desarrollo de una carrera y posteriormente con el reconocimiento de beneficios jubilatorios bajo pautas similares para el personal de apoyo y técnico equivalentes a las de los profesionales.
Por todo lo expuesto, con el derecho que otorga que esfuerzos, responsabilidades y éxitos compartidos también otorguen reconocimientos similares consideramos que los beneficios jubilatorios de los profesionales con la pauta de la movilidad deberían extenderse al resto del personal de la institución.
SECRETARIADO NACIONAL DE APINTA
Ciudad Autónoma de Bs.As., 26 de agosto de 2008