La participación de la mujer en el mercado laboral y sus costos económicos | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Por Andrea Fabiana Mac Donald (*) | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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I- INTRODUCCION.En el presente trabajo, analizaremos desde el punto de vista económico, la participación de la mujer en el mercado laboral tanto en Europa como en América Latina. Recordemos que en los últimos tiempos, el mercado laboral mundial ha sufrido cambios y transformaciones de importancia, debido a la flexibilización laboral provocando precariedad en las condiciones de trabajo, incorporándose la mujer a dicho mercado sufriendo desigualdades y costos económicos, padeciendo los efectos de dicha flexibilización laboral. II- LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL EUROPEO LA IMPORTANCIA DE LA TEORIA DE LAS ACCIONES POSITIVAS. Se ha considerado en el mundo de las relaciones laborales, se han producido desigualdades de trato entre hombres y mujeres, tal como nos indica MUÑOZ SÁNCHEZ y GARCIA LOZANO, quienes manifiestan que dichas desigualdades tienen su origen en el hecho de que la condición femenina incide sobre las prestaciones de trabajo fundamentalmente a causa de la maternidad y sus derivaciones.[1] En muchos países europeos, la incorporación de la mujer al mercado laboral es un fenómeno relativamente reciente tal como ocurre en España. A principios de la década de los 60, la tasa de actividad femenina en dicho país era del 15%, en tanto que en los años 70 la misma era inferior al 30%, de modo tal que en los últimos 15 años, la tasa de actividad femenina española estaría en 49%, muy por debajo de la tasa media europea que representaría un 60%. En general, las mujeres europeas de edad intermedia comprendida entre 25 a 54 años son las que han experimentado el crecimiento en la participación laboral ampliándose su tasa de actividad a lo largo de los últimos 20 años.
Fuente: OCDE EMPLOYMENT OUTLOOK, 1999. En el cuadro, observamos que la tasa de actividad en los países europeos se definen en relación con la población femenina comprendida desde los 15 hasta los 64 años, indicándose cifras de importancia y cual ha sido el impacto de la incorporación de la mujer en el mercado laboral europeo.[2] En cuanto a la teoría de las acciones positivas, la misma surge en España como consecuencia de la discriminación social que padecen las mujeres en el mercado laboral en donde existen prácticas tendientes a producir la distribución de bienes escasos dentro de una sociedad. Actualmente, la doctrina europea ha sido partidaria de la implementación de acciones positivas a fin de contrarrestar las desigualdades que sufren las mujeres en el mercado laboral como ocurre con la discriminación salarial que es uno de los problemas más tratados especialmente en España. III- LA INCOPORACIÓN DE LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL LATINOAMERICANO. EL FENÓMENO DE LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA En América Latina, los efectos de la globalización ha provocado ajustes estructurales dentro del mercado laboral. Según YOSHIOKA tanto en los países pobres como en los ricos son evidentes las alteraciones provocadas por la reestructuración económica y empresarial sobre los mercados laborales.[3] Por su parte, KLIKSBERG indica que las mujeres latinoamericanas han hecho avances de gran significación en las últimas décadas. Hay una incorporación masiva de la mujer a todos los estratos del sistema educativo y ha crecido fuertemente su participación en la fuerza de trabajo. Muchas mujeres se convirtieron en un sostén importante del presupuesto familiar. Diversos análisis indican que de no ser por el aporte de la mujer, las cifras de pobreza serían aún mucho mayores de lo que son.[4] Una figura que aparece dentro del contexto del mercado laboral latinoamericano ha sido el de las denominadas madres solas jefas de hogar que serían madres que han sido abandonadas por su conjugue como consecuencia del advenimiento de un hijo, lo cual la ha transformado en el único sostén económico familiar, teniendo que obtener un empleo para sobrevivir a fin de percibir ingresos. Según AYLWIN ha manifestado que el inmenso deterioro de las condiciones de vida de los sectores medios y particularmente de los más pobres que en nuestra región se ha hecho patente especialmente a partir de los años 80 afecta proporcionalmente más a las mujeres que a los hombres. La casi totalidad de los países de América Latina tienen porcentajes de hogares con jefatura femenina superiores al 20%, lo que contribuye fuertemente al fenómeno conocido como la feminización de la pobreza.[5] |