Fuera del sistema. Empleadas domésticas. Por qué la mayoría está en negro. La responsabilidad de los empleadores.
De las 900.000 empleadas domésticas que se estima que trabajan en casas de familia, apenas 50.500 están registradas oficialmente, hacen aportes y cuentan con obra social. El resto, según datos de la AFIP, trabaja en negro. Llamativamente, justo quedan fuera del sistema las mujeres que ayudan a otras a tener empleo, estudiar o seguir una carrera sin descuidar la casa y la crianza de sus hijos. ¿Discriminación, negligencia, falta de información? ¿A qué se puede atribuir esta irregularidad del servicio doméstico? "Yo hablaría de desinformación", responde Carmen Britez, secretaria de actas del Sindicato Unión Personal Auxiliar de Casas Particulares. "La relación entre el empleador y el empleado es muy estrecha y difícil de controlar. A eso hay que sumarle que la empleada doméstica no es considerada como cualquier otro empleado", aporta Lorenza Benítez de Gómez, secretaria general del sindicato. La empleada doméstica está fuera de la Ley de contrato de trabajo. Su actividad está regida por el decreto 326, dictado en 1956. "Y ese decreto no contempla ni el fondo de desempleo ni la licencia por maternidad. Tampoco, el seguro por accidente. La mayoría de la gente desconoce la reglamentación. Ignora que de la cantidad de horas trabajadas, dependen los beneficios", agrega.
Según el decreto-ley, existe relación de dependencia cuando se trabajan cuatro horas como mínimo, cuatro días por semana. "Ahí ya corresponden vacaciones y medio aguinaldo", dice Britez. Las vacaciones son diferentes a la del resto de los empleados. De 1 a 5 años de antiguedad, tienen 10 días hábiles de vacaciones. De 5 a 10 años, 15 días hábiles. Más de 10 años, 20 días hábiles.
"El Ministerio de Trabajo siempre está buscando una solución para el blanqueo, pero no cambia el decreto que le impide a una empleada doméstica tener licencia por maternidad. No se le puede quitar a una mujer el derecho a ser madre", reclama Britez. Se refiere al Plan Antievasión II, que se discute actualmente en la Cámara de Diputados. El proyecto propicia un blanqueo en ese sector del mercado laboral mediante la deducción del gasto en la declaración del impuesto a las ganancias. Al declarar el pago del salario y las cargas sociales del servicio doméstico, se podrían deducir hasta 4020 pesos al año.
¿Cómo es el trámite? "Toda persona que trabaja bajo relación de dependencia tiene derecho a tener su obra social y jubilación. Esto se obtiene con la ayuda de un formulario, el 102, que se consigue en cualquier sucursal de la AFIP. Se completa con el CUIL de la empleada y se paga en cualquier banco. En total se depositan $ 55, de los cuales $ 35 le corresponden al empleador para la jubilación. Los $ 20 restante se le descuentan al empleado para la obra social. Luego hay que ir a cualquiera de las delegaciones de la obra social y retirar el formulario de inscripción. Ahí ya se obtiene el carnet, la cartilla y la cobertura médica. No es un trámite complicado. Con ese aporte, que es obligatorio, se blanquea el trabajo", aclara Britez.
¿Qué puede hacer una persona que nunca pagó o tiene una empleada hace cinco, diez o más años?. "Lo mejor es siempre regularizar la situación y comenzar con los aportes. Sin embargo, muchos no lo hacen porque está muy difundida la actividad en negro. Pero el asunto es que éste nunca fue un trabajo en negro. Desde 1956 hay un decreto-ley. Que haya desconocimiento, que la gente no sepa, que no haya blanqueado, no quiere decir que esa ley no exista", aporta Britez. Según la secretaria general, esa falta de regularización también es responsabilidad de la empleada. "No hace valer sus derechos porque teme ser despedida si reclama. Por eso nosotros tratamos de concientizar a las dos partes, hacerles ver que es un beneficio para ambas", señala Gómez.
Para jubilarse, la empleada doméstica debe reunir 30 años de aportes, como cualquier otro empleado. "Pero aquí siempre hay variantes que conviene consultar. Se puede averiguar tanto en la AFIP como en el sindicato. Los miércoles, de 16 a 18, se encuentran nuestros asesores jubilatorios", informan.
Otro es el acuerdo con la obra social. Al tener una empleada en negro no sólo se evade al fisco en lo que hace al aporte jubilatorio. También hay una deuda con la obra social. "Los empleadores deben saber que tienen esas obligaciones desde un primer momento", anuncian. Los aportes retroactivos se saldan en la AFIP, donde se regulariza la deuda jubilatoria, con una propuesta de pago. "Pero ésta no es la modalidad habitual. Generalmente los empleadores empiezan a aportar desde que van a buscar el 102, no hacen el pago retroactivo. Regularizan hacia adelante. Son muy pocos los que blanquean a su empleada para atrás. El problema surge cuando la persona es mayor. Si tiene 60 y se quiere jubilar a los 65, le va a resultar difícil".
Desde el sindicato buscan generar conciencia, no juicios ni conflictos. "No es tan dramático estar hoy al día —aseguran—. Cuando das información, los empleadores dejan de tener miedo."
Carola Sainz.
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