El gobierno de Brasil ha amenazado con infringir la patente de un medicamento contra el Sida fabricado por Abbot y le otorgó un plazo de 10 días para que reduzca el precio del antiretroviral Kaletra, que forma parte del coctel de medicamentos que se utiliza contra la enfermedad. Si Abbot se niega, Brasil produciría una versión genérica del medicamento a un precio equivalente al 58% del que cobra Abbot, y le pagaría regalías razonables por su patente, como recomienda la OMC.
Brasil, un país reconocido por su programa de distribución gratuita de medicamentos, basa su posición en la decisión adoptada por la OMC en Doha en noviembre de 2001, que permite la emisión de patentes obligatorias para la producción de medicamentos para enfrentar emergencias de salud pública. Pero hasta la fecha dicha decisión no se ha implementado, pues las firmas propietarias de las patentes argumentan que esos medicamentos de menor precio podrían enviarse a otros países creando una competencia desleal; y el debate en torno a la posibilidad de utilizar un etiquetado que bloquee ese riesgo, se ha hecho interminable. Recientemente un grupo de parlamentaros estadounidenses enviaron una comunicación a la Casa Blanca denunciando que su país incumple el acuerdo de Doha pues en ninguno de los Tratados de Libre Comercio que ha firmado o esta negociando, se respeta el mencionado acuerdo de Doha. Otros parlamentarios proponen aplicar sanciones comerciales a Brasil por su política, a la que califican de robo.
Frente a la posición brasileña, Abbot respondió que “el descubrimiento y desarrollo de medicamentos innovadores depende de la rentabilidad razonable de las inversiones comprometidas en los tratamientos existentes”; pero omite decir que una parte significativa del financiamiento de la investigación médica se hace con fondos públicos. En su favor Abbot argumentó que ya vende ese medicamento en Brasil a un precio reducido; pero en 2004 recibió US$896 millones por ventas de dicho medicamento. Brasil por su parte se quejó de que la tercera parte de los US$394 millones de su presupuesto para producir antiretrovirales se destinarán a comprar Kaletra y ha mostrado que mientras paga US$1.17 por píldora a Abbot, podría producirla por US$0.68 y liberaría así US$ 54 millones para ampliar la cobertura desde los 170.000 que cubre actualmente hasta 215.000.
The New York Times en su editorial del 23 de Junio titulado “Brasil: el derecho de salvar vidas” defendió el derecho de Brasil a quebrar las patentes pues se trata de una decisión para salvar vidas, y afirmó que el programa brasileño para el tratamiento del Sida es uno de los mejores en los países en desarrollo, y recomienda que el gobierno estadounidense apoye dicha decisión. Hay que recordar que en la conferencia de Doha la delegación de ese país advirtió que si se expandía el problema del ántrax, que por esos días se vislumbraba como una gran amenaza, su gobierno produciría los medicamentos necesarios para enfrentarlo, sin reconocimiento de las patentes.
El diario recordó que Brasil fue el primer país en brindar medicamentos gratuitos para el Sida, medida que después ha sido copiada en otros países y ello fue posible porque Brasil copió los medicamentos antes de comprometerse a respetar las patentes, como condición de ingreso a la OMC en 1997. Además afirma que “los derechos de propiedad intelectual merecen respeto, pero lo que Brasil esta haciendo es leal y merece el apoyo de Washington”. Según el diario, los países son intimidados, principalmente por USA para que no infrinjan las patentes de los medicamentos. Y concluye con un llamado contundente: “El representante de comercio debería afirmar públicamente que los Estados Unidos no van a toma represalias contra Brasil por ejercer su derecho a salvar vidas”. Beethoven Herrera Valencia